Camino lentamente por la vida,
tratando de gozar de cada etapa
y aunque no siempre ha sido florida,
del tiempo y su paso nadie escapa.
Venir al mundo no pedimos,
pero a él nos acoplamos
y aunque compartimos diferentes destinos,
al final del camino todos llegamos.
Durante nuestra corta estadía,
vamos dejando señales,
para que nos recuerden con alegría
o quizá como seres infernales.
No somos moneditas de oro,
pero siempre debemos tratar,
de cultivar la amistad como un tesoro
y no de enemigos cosechar.
Debemos pensar hacia el futuro,
pero sin olvidar el pasado,
no importando si este fue entreoscuro,
lo que importa lo que en él as cultivado.
Somos fruto del amor,
nacidos del sentimiento de pareja,
paridos por una madre con dolor,
pero creados de forma dispareja.
Unos tuvieron cuna de oro
otros quizá de cartón
viviendo sin lujo o decoro
sufriendo por su poca alimentación.
Esas son circunstancias que no se pueden evitar,
pero presente hoy aquí estamos
y aunque a veces lo sucede no nos ha de gustar,
nuestro futuro lentamente forjamos.
Somos pasajeros de nuestro tiempo,
pero no prisioneros del destino,
si luchamos contra la marea y su viento
seguramente encontraremos otro camino.
No importa cuál sea tu sentimiento,
si crees que eres parte de la creación
como lo es mi pensamiento
o si piensas que formas parte de la evolución.
Todos somos humanos,
compartimos un mismo planeta
y aunque a veces lo olvidamos,