Estamos en el portal navideño,
cuando el mundo se llena de colores,
haciendo crecer el amor hogareño,
olvidando por un momento los sinsabores.
Intervalo en el que aparece un gordito barrigón
y no soy yo en el espejo,
que a tantos causa emoción,
pero que es producto de un mercadeo complejo.
Tiempo en el que nos ponemos a reflexionar
por todo lo que en el año ha sucedido,
es cuando más hemos de extrañar
a aquellos que de nuestra vida han salido.
Época de alegría para los niños,
quienes tienen tantos sueños e ilusiones,
fuente donde brota el puro y sincero cariño,
por ello son los dueños de nuestros corazones.
Lapso para hacer conciencia del presente,
pero sin olvidar el pasado,
pues de este siempre hay que estar consciente,
para no repetir actos en los cuales nos hemos equivocado.
Periodo en el que afloran nuestros mejores sentimientos
pero también nacen en algunos la arrogancia
de tener más se sienten contentos
y con ello caen en la vil petulancia.
Se trata de dar lo mejor de si mismo,
no importando si es poco o mucho,
dejar por un lado el egoísmo
y fortalecer nuestro corazón debilucho.
La dicha no se concentra en dar y en recibir,
pues eso no nos hace dichosos
quizá alegría nos haga sentir
pero es consuelo de orgullos caprichosos.
La navidad es tiempo de recogimiento,
al lado de quienes amamos,
acicalando el alma y el pensamiento,
reforzado la fe que profesamos.
Porque lo mejor de la navidad
es lo que llevamos en el interior,
lo que nos llena de felicidad,
es desbordar sentimientos llenos de amor.
Recordando el porque festejamos,
lo que hace que el mundo hoy celebre,
¿o acaso olvidamos
el milagro que aconteció en un humilde pesebre?.
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO A TODOS
DIOS LES BENDIGA
Gracias por acompañarme en el camino bloggero