RUMBO A LA FRONTERA

Viajando rumbo a la frontera,

voy disfrutando el paisaje,

en un camino en el cual se pierde cualquiera,

pero de la ruta voy tomando el aprendizaje.

No apresuro mi paso,

porque todo llega a su tiempo,

no me arriesgo al fracaso,

prefiero mantenerme contento.

Eventualmente detengo la marcha por un instante,

pensando en el punto de partida,

quizá mi paso ha sido lento pero constante,

pues mi ruta es larga y desconocida.

No siempre es fácil el transitar,

a veces encuentro muchos baches,

los cuales debo superar

aunque me toque quitarme los guaraches.

Pues el camino no está totalmente pavimentado

y no siempre todo va sobre ruedas,

en ocasiones la ruta se ha complicado,

obligándome a tomar diferentes  veredas.

No puedo dar marcha atrás,

pues el camino no tiene retorno,

quizá en el me encontraras,

pues compartimos el mismo entorno.

Mi vehículo ya está un tanto dañado,

por este largo recorrido

y aunque a veces el continuar me ha costado,

nunca me he dado por vencido.

En el trayecto he encontrado muchas amistades

lamentablemente otras se han perdido,

unas han sido sinceras y leales,

las demás se quedaron en el olvido.

Largo ha sido el kilometraje,

siempre lleno de tantas aristas,

que a veces ocultan el pasaje,

si creemos ser totalmente apologistas.

Aun en mi horizonte no vislumbro la frontera,

espero que se encuentre muy lejana,

pues tengo tantos sueños en la guantera,

y espero concretarlos en el mañana.

Y aunque es entretenido mi viaje,

algún día tendrá que terminar,

la experiencia será mi único equipaje,

y mi fe la visa para cruzar.

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